Cada boda es una responsabilidad, un día único e irrepetible. Por eso nosotros estamos siempre a punto, a pie de cañón para afrontar cualquier imprevisto y que todo fluya.Y mas cuando los novios son tan cañeros como Ivan y Maria, que aun habiendo comenzado el día a contrarreloj tenia las pilas al 100% y lo dieron todo hasta el final. ¡Como tiene que ser!
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